Por: Dolly Martin
Los profetas Jeremías, Ezequiel y Daniel vivieron antes y durante el exilio del pueblo de Israel a Babilonia. Daniel fue un joven de más o menos 14 años cuando el rey Nabucodonosor de Babilonia sitió a Jerusalén y llevó al primer grupo de exiliados. Nabucodonosor dejó un remanente en Jerusalén y el profeta Jeremías era parte de este remanente. Él les amonestó y advirtió a que se arrepintieran de sus pecados y confiaran en Dios, pero no le hicieron caso y se rebelaron contra el Señor. Decidieron huir a Egipto y Jeremías tuvo que acompañarlos (en contra de su voluntad).
Desde allí continuó amonestando a la gente de lo que sucedería si no se arrepintieran, pero siguieron con su idolatría, adorando a los dioses falsos de los egipcios y abandonando al Dios vivo y verdadero. Las profecías de Jeremías se cumplieron y muchos de estos judíos murieron cuando Nabucodonosor atacó y conquistó a Egipto.
El rey Nabucodonosor volvió a invadir a Israel con su ejército ocho años después de la primer deportación y se llevó un segundo grupo de gente cautiva a Babilonia. El profeta Ezequiel fue parte de este segundo grupo quienes fueron llevados para trabajar como esclavos cavando y manteniendo los canales del río Éufrates a unas cuantas millas de Babilonia.
Falsos profetas
Durante estos años, profetas mentirosos predicaban un mensaje falso de que pronto regresarían los cautivos y que Dios no dejaría que Jerusalén fuera destruida por sus enemigos. Esto era lo que la gente quería oír, pero no era el mensaje de Dios. Los profetas Jeremías y Ezequiel predicaron la necesidad de arrepentirse y que los cautivos no regresarían de Babilonia hasta que ellos se humillaran delante de Dios y admitieran su pecado de idolatría. Ambos profetas predijeron que Jerusalén sería destruida, pero pocos les creyeron.
El rey Nabucodonosor volvió a atacar a Jerusalén con su ejército once años más tarde y esta vez destruyó por completo a la ciudad y el templo llevando consigo un tercer y último grupo de judíos como esclavos.
En total, más de 40,000 judíos fueron llevados cautivos a Babilonia y sus alrededores donde vivieron como esclavos por setenta años.
Carta de Jeremías a los cautivos
Durante este tiempo, el profeta Jeremías escribió una carta a los cautivos dándoles instrucciones de parte de Dios acerca de cómo debieran vivir. En Jeremías 29:7 Él dice, “Procuren el bienestar de la ciudad a la cual los hice llevar cautivos. Rueguen por ella al SEÑOR, porque en su bienestar tendrán ustedes bienestar”. (RVA-2015)
Estas instrucciones del Señor para Su pueblo son apropiadas para todos nosotros que hemos llegado a Estados Unidos. Ya sea que fuimos traídos como niños por nuestros padres, nacimos aquí, o llegamos huyendo de la violencia y pobreza en nuestros países, el Señor nos dice como debemos actuar en nuestra nueva tierra.
Procurar el bienestar
Los judíos que recibieron la carta de Jeremías eran esclavos y fueron llevados en contra de su voluntad. Pero estaban bajo el castigo de Dios por su idolatría. Por lo tanto, el Señor les mandó a portarse bien, no dar problemas, no estar amargados, y no seguir soñando de que pronto regresarían. Jeremías les dijo claramente que pasarían 70 años allá, pero que después de ese tiempo de disciplina volverían a la tierra prometida. Les instruyó a que se casen, tengan hijos, y que vivan una vida pacífica. El Señor tenía todo bajo control y a Su tiempo ellos regresarían.
Orar por la ciudad
El Señor quería que ellos oraran por sus enemigos, aquellos que les habían llevado cautivos y Él nos pide lo mismo a nosotros. Nos manda en 1 Timoteo 2:2 a orar, “por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que llevemos una vida tranquila y reposada en toda piedad y dignidad”. Dios quiere que oremos por todos los que nos gobiernan, incluyendo la patrulla fronteriza, los policías, y los gobernadores que hacen las leyes de inmigración. Oremos para que el Señor cumpla Su voluntad en nosotros y nuestras familias por medio de ellos. Dios tiene un plan y usa a los que están en autoridad para cumplir Su voluntad.
El primer jueves de cada mes, Radio Amistad junto con varias emisoras cristianas en Houston invita a todos sus oyentes a orar por los socorristas. Esto incluye policía, bomberos, los profesionales médicos y aun los soldados. El Señor quiere hacer grandes cosas en nuestras vidas y en esta nación en respuesta a nuestras oraciones. Dice en Santiago 5:17, “La oración eficaz del justo puede mucho”.
En este mes, cuando este país celebra el día de la independencia, celebremos con ellos esta fecha importante. Colguemos una bandera de Estados Unidos en nuestra casa. Aprendamos el saludo a la bandera y los himnos nacionales. Portemos vestimenta patriótica y mostremos amor por este país donde el Señor nos ha permitido entrar. Sobre todo, humillémonos delante de Dios y confiemos que el Señor tiene a este país y nuestro futuro en Sus manos.