Soy un soldado raso

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Por: Dr. Cindye Coates

Soy un soldado raso en el ejército de mi Dios. El Señor Jesucristo es mi comandante en jefe. La sagrada Biblia es mi código de conducta,

La fe, la oración y la Palabra son mis armas de guerra. He sido enseñado por el Espíritu Santo, entrenado por la experiencia, probado por la adversidad y pasado por fuego

Soy un voluntario en este ejército y me he enrolado para el resto de la eternidad. Me retiraré de este ejército cuando venga el Señor o me moriré sirviendo en este ejército, pero no me voy a salir, no me voy a vender, no me van a convencer a que me vaya, ni me van a empujar para que me salga de este ejército. Soy fiel, soy capaz, se puede contar conmigo y donde mi Dios me necesite, allí estaré.

Soy un soldado raso. No soy un bebé. No necesito ser mimado o acariciado, no necesito que animen ni me alcen en los brazos, ni que me cambien los pañales.

Soy un soldado raso. No necesito que nadie me llame, que estén haciendo acordar, ni que me escriban, ni que me visiten, tampoco necesito que me atraigan o que me estén rogando para que haga lo que debo hacer.

Soy un soldado raso. No soy un endeble afeminado. Estoy en mi posición saludando a mi Rey y obedeciendo sus órdenes, alabando su nombre y edificando Su reino. 

Soy un soldado raso. No me tienen que mandar flores, ni regalos, ni tarjetas, ni dulces, ni darme atenciones. No necesito que me apachurren, no necesito ser mecido, ni que me cuiden o que se preocupen por mí. Estoy comprometido con mi Jefe. No pueden herir mis sentimientos tanto como para hacerme volver atrás.

No me pueden desanimar lo suficiente para que me haga un lado. No hay perdida tan grande que pueda sufrir para que renuncie. Cuando Jesús me llamó a éste ejército, yo no tenía nada. Si termino con nada, estaré igual que como empecé pero se que he de ganar porque mi Dios suplirá todas mis necesidades, Soy más que un vencedor. Siempre triunfaré porque todo lo puedo en Cristo.

Soy un soldado raso. Los demonios no pueden derrotarme, la gente no me puede desilusionar. El clima no me va a preocupar. La enfermedad no me puede detener. Las batallas no me pueden derrotar, El dinero no me puede comprar. El gobierno no me puede callar y el infierno no me puede manejar.

Soy un soldado raso. Ni siquiera la muerte me puede destruir. Cuando el Comandante me saque del campo de batalla, Él me ascenderá a capitán y luego me traerá de regreso para gobernar este mundo con Él. Soy un soldado raso. Voy marchando y cantando victoria. No voy a rendirme, No voy a volver atrás. ¡Soy un soldado raso camino al Cielo!

2 Tim 2:3 Sufre penalidades (participa en los sufrimientos, sufre trabajos) conmigo, como buen soldado raso de Cristo Jesús. 4 Ningún soldado raso en servicio activo se enreda en los negocios de la vida diaria, a fin de poder agradar al que lo reclutó como soldado raso.